Tan Frustrante como la sangre *libre

Observaba con odio y rencor aquel detestable color rojo que recorría su mano izquierda, desde la palma de su mano hasta la muñeca. Como le hacia crear tan horribles recuerdos y pesados sueños durante todas las noches.

Frunció el ceño, acercando sus labios al brote de la sangre, lamiendo con delicadeza tal sustancia repugnante, aquella sustancia que le hacia deleitar su parte vampirica. Todo por culpa de "el".

- tsk, maldita rama - se quejo, recordando el pequeño "accidente" de hace minutos atrás, con una rama que impedía su camino de regreso al edificio.
Cerro los ojos, limpiando todo rastro del liquido, iniciando de nuevo el caminar hasta los dormitorios. Todo antes, de que se encontrase con alguien y tuviese un merecido regaño por andar en esas horas fueras del cuarto.

Sus pasos eran lentos aun que la prisa fuese detrás de ella. Abría tiempo después para correr si se encontraba con alguien...y "santa" vez que no tenia que equivocarse, al visualizar una presencia a unos cuantos metros.

Alzó a penas notorio la ceja, captando cada detalle del ser ajeno. Su estatura era mas baja que la suya, podría ser alguien sin importancia, cualquier persona que consideraría un estorbo ó sin significado alguno.
Sonrió, dando como acertado su pensamiento al verle con notoriedad, y ese saludo brotado de los labios ajenos cuando finalmente quedaron a la distancia debida.

- buenas noches - regresó un tanto seco observando a la muchacha de cabello rubio.

- en realidad nadie sabría que alguien se situase por estos lares - reafirmó ante las palabras ajenas de la joven rubia quien raramente se comportaba.
Bueno, no era cosa del otro mundo, todos, absolutamente todos los alumnos de la Academia suelen reaccionar de esa manera ante su presentar. Era mejor así, que tenerles a un lado todo el tiempo.

- y no veo el por que de tu disculpa, ¿acaso vale la pena pronunciarla? - cuestionó con un aire extraño de superioridad.

El viento de repente golpea contra su cara, causando un cerrar de ojos por inercia, entreabriéndolos en lo que escuchaba las quedas palabras ajenas.

- más bien, no tiene importancia alguna - resopló fastidiada, enviando cierta mirada de cabreo, hacía la inocente muchacha.

Sentía el abrumador enojo de la joven extraña. Era de esperarse, ante la actitud fastidiosa que portaba que la ajena no resistiera su personalidad.

Resopló, escuchando las siguientes palabras.

- tal vez tengas razón - bufó riendo de manera extraña o quizás sarcástica; nunca doblegaría ante la amabilidad y la "muchacha buena" que podría llegar a ser.
Se mantuvo al mismo margen, cruzándose de brazos al oír el desenlace.

- sabes, aun que trataras de conocerme seria el mismo resultado - no, en realidad mentía, más no dejaría que nadie entrara a su "mundo".

Resopló fastidiada ante las palabras de la joven rubia. Era la primera vez que alguien tan simple le sacaba de sus casillas de manera ascendente.
Y aunque en realidad la muchacha frente a sus ojos tenia razón, nunca la daría. El planeta entero llegaría a la "Apocalipsis" si doblegara con facilidad y se dejara vencer; Aun con algo tan tonto.

- que te parece, que yo sea esa fuerza mayor que te detenga - Pronunció de manera altanera con aquella postura.

Rió levemente a su comentario, más que nada por el acertado inconciente. - Tan humana, ya me gustaría - bufó con sarcasmo acatando las palabras siguientes cuales prosiguieron causándole un "mar de risa" - Quien sabe, podrías sorprenderte - se defendió contemplando aquel acercar usual de la joven.

Al escuchar cuestionar contempló aquel detener imprevisto, acatando toda esa curiosidad al seguir preguntando sobre su antigua contestación - quien sabe, tal vez si podrías morir, quizás no hoy, pero siempre hay un mañana de oscuridad para el que esta hambriento - respondió divertida, rellenando aquellas palabras con cierto implícito - y de lo que soy, no lo se...tal vez no sea momento que lo sepas.

Enarcó la ceja levemente al percibir aquella risa ó mejor dicho casi aparentando una carcajada, acatando las disculpas que no venían al caso. -¿ bueno, como podrías estar tan segura de ello? - cuestionó refiriéndose al platillo nocturno en el que podría convertirse, dando un leve respiro para proseguir con la siguiente pregunta - Cuando no te den risa mis palabras - contestó socarrona, sonriendo de lado.